Este Santo asumió la vida monástica desde su juventud en el Monasterio de Estudio, donde se convirtió en discípulo de San Teodoro el Estudita.
Más tarde Jacobo fue consagrado obispo y sufrió muchas aflicciones y tormentos a manos de los iconoclastas.
San Teodoro compuso una homilía en honor a Santiago (PG 99, 1353-1356).