Este Mártir estaba al servicio de Poncio Pilato en tiempos de la Pasión de Cristo nuestro Salvador.
Estando de guardia en la Crucifixión, y viendo el terremoto y todo lo que ocurrió con tal ocasión, exclamó asustado: «Verdaderamente este era Hijo de Dios» (Mr 27,54).
Después de la Resurrección, abandonó la carrera militar y partió para Capadocia, su patria, donde predicó a Cristo.
A instancias de Poncio Pilato, Longino fue arrestado y decapitado por orden de Tiberio César.