Este Mártir era de Mira de Licia, nacido en una ilustre familia.
Por voluntad propia se fue donde los idólatras y los amonestó a abandonar su fútil religión y a adorar al único Dios verdadero (el de los cristianos), por lo que fue arrestado.
Cuando el gobernador le preguntó a Crescente cuál era su nombre y su linaje, el Santo solo respondió que era cristiano; aconsejado que ofreciera sacrificio a los ídolos, se negó. Por ello fue colgado y golpeado, arrastrado y luego arrojado al fuego, donde entregó su santa alma en las manos de Dios, aunque ni siquiera uno de sus cabellos fue quemado por las llamas.