Santa Domnica era de Cartago. Durante el reinado del Emperador Teodosio el Grande, llegó con otras cuatro vírgenes a Constantinopla, donde fue bautizada por el Patriarca Nectario.
Domnica permaneció en la Ciudad y se hizo famosa por su extremo ascetismo, los milagros que obraba y el don de profecía de que estaba dotada.
Vivió hasta los días de los Emperadores León y Zenón, y reposó en paz hacia el año 474.