domingo, 2 de marzo de 2008

Ponencia de S.E. Policarpo en las XI Jornadas Agustinianas


‘Ortodoxia y diálogo interreligioso’

Reverendísimos Padres y Pastores, queridos hermanos y hermanas:

Con gran alegría participo en las XI Jornadas Agustinianas con el tema: “Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo; Diálogo Ecuménico e Inter-religioso”, con ocasión del 525° aniversario del nacimiento de Martín Lutero, para hablaros sobre el importante argumento: “Ortodoxia y Diálogo Inter-religioso”. Como es conocido represento a la Santa Iglesia Ortodoxa y especialmente al Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, que es la Madre Iglesia y la Iglesia Primada de todo el mundo cristiano ortodoxo. Hablaré más bien sobre el tema: “Patriarcado Ecuménico y Diálogo Inter-religioso”, visto que la Gran Iglesia de Constantinopla es la que ha desarrollado mejor y promueve fervorosamente este diálogo. Y es obvio que este diálogo concierne bastante a nuestros comunes hermanos: el Islam y el Judaísmo. Los cristianos ortodoxos convivimos desde hace muchos siglos en los países del Medio Oriente, de la Península Balcánica y de Asia Central con los musulmanes principalmente, pero también con los judíos. Esto les ha permitido a los fieles miembros de las tres religiones abrahámicas conocerse recíprocamente, al menos a nivel elemental. Naturalmente los conocimientos que tiene el ciudadano medio sobre la religión de los próximos no están claros, porque el hombre medio no conoce en el fondo ni siquiera su misma religión. Pero el hombre fue enriquecido por su Creador con la capacidad de la palabra, del logos y la palabra sin diálogo cumple sólo la mitad de su misión.

El Patriarcado Ecuménico, teniendo a la vista que el diálogo, el sereno y correcto, constituye la piedra fundamental para la pacífica convivencia de todos los hombres ha inaugurado una serie de diálogos con nuestros hermanos musulmanes y judíos, que son llamados “diálogos académicos”, porque diálogo teológico existe entre los cristianos y no con los no cristianos.

La necesidad del diálogo como método de solucionar los contrastes y los problemas inter-humanos en cada sector de la vida humana ha constituido la evidente situación actual de la humanidad. El desarrollo de los medios de comunicación y los medios de movimiento de los hombres como también la inmigración masiva de hombres de una religión a las tierras habitadas por hombres de otra religión ha constituido en la base de las poblaciones de facto una situación de convivencia y un primer diálogo inmediato. De este modo este diálogo oficioso a nivel personal entre los pertenecientes a estas tres grandes religiones de una parte y los encuentros internacionales de alto nivel de otra parte han preparado los espíritus para otro diálogo oficial a nivel de jefes espirituales y personalidades académicas de las religiones para la explicación de muchas cosas malentendidas, de modo que la diversidad religiosa no se convierte en obstáculo a la pacífica convivencia y la pacífica colaboración.

El diálogo es consecuencia de la conversación, de la igualdad y consideración recíproca entre los dialogantes. Cuando no existe la igualdad la palabra, el logos, se convierte en mando si es pronunciada por el superior al inferior o en súplica, alabanza o halago cuando quien lo pronuncia es el inferior al superior. Cuando la relación por la palabra entre los comunicantes es relación de contraste, la palabra se convierte en anti logos. En este caso se trata de una lucha espiritual con el objetivo de una victoria lógica del uno sobre el otro, y en este caso no ha servido para nada el diálogo. Cuando quien se dirige a otro no desea recibir nada por ello, sólo hablar, entonces se encuentra ante un monólogo. El verdadero diálogo es un regalo de Dios al hombre. El mismo Dios dialoga continuamente con el hombre. La misma historia de la salvación es como un continuo diálogo entre Dios y hombre, dice San Juan Crisóstomo, Arzobispo de Constantinopla. Dios habla por sus profetas, sus apóstoles y sus criaturas. Los cielos cantan la gloria de Dios, grita el sagrado salmista y feliz es el que puede escuchar y comprender las palabras silenciosas de los seres. El diálogo, que es tan útil hasta ser usado por el mismo Dios dirigiéndose de muchos modos al hombre y escuchándole éstos se dirigen a Él con la oración, es muy necesario y útil para las relaciones interhumanas. La vida sería imposible sin el diálogo. Con el diálogo la madre se comunica con sus hijos, los instruye, participa en su alegría y en su dolor, los consuela, los corrige, escucha sus dificultades y los ayuda a su camino hacia la madurez. Con el diálogo el maestro cultiva el conocimiento, el predicador de la fe catequiza, soluciona las dudas, recibe los pensamientos, edifica al fiel. El diálogo promueve la ciencia, abre horizontes, transmite sentimientos, cambia las posiciones, revela verdades, refuerza enlaces, valoriza al hombre. La palabra, el logos es justificada cuando tiene respuesta y la respuesta a la palabra es el diálogo. La palabra de Dios y la palabra de los hombres que responden a ella, constituye un bonito prototipo de diálogo. Quien rechaza el diálogo permanece para siempre espiritualmente pobre. Tiene la falsa sensación de la autosuficiencia o el miedo de la inseguridad. Sólo mira con sus ojos y rechaza enriquecerse con lo que han visto los ojos de los otros. Sólo escucha con sus oídos y rechaza escuchar lo que han escuchado los oídos de los otros. Si empieza a caminar en una calle equivocada, no cambia de dirección porque no habla con quien puede indicarle la justa. El diálogo es útil y seguro porque no anula la responsabilidad de la decisión de cada uno de los dialogantes. El diálogo no pone en peligro la percepción del dialogante para no cambiar contra su voluntad, si no cuando él mismo se sienta más iluminado.

El verdadero diálogo crea la búsqueda más profunda y el comportamiento amigable, que conducen al cese de la controversia. El gran poeta árabe Jalaluntín Rumí, hace siglos escribió en su poema “La disputa religiosa”: “Los ciegos religiosos permanecen en la duda, mientras que los que se reconocen en una y en otra parte quedan firmes en sus posiciones. Cada parte está contenta con la propia calle. Sólo el amor puede parar su disputa. El amor viene como ayuda cuando pides ayuda contra sus posiciones”. Y el amor nace del diálogo. No se pueden enamorar dos personas que, encontrándose, no dialogan.

El Patriarcado Ecuménico teniendo a la vista que el diálogo entre los fieles de las varias religiones y sobretodo de las tres religiones abrahámicas monoteístas, no tiene dudas de lo útil y necesario, especialmente en los tiempos  apocalípticos en que vivimos, se ha puesto a trabajar promoviendo el diálogo inter-religioso de cuatro modos: 1). Por los diálogos llamados “académicos” con el Islam y el Judaísmo. 2). Con la organización de congresos inter-religiosos internacionales comunes, cristianos, musulmanes, hebreos. 3). Con la organización de congresos inter-religiosos internacionales ecológicos. 4). Participando calurosamente en cada actividad internacional inter-religiosa organizada por un tercero. En este ámbito no deben ser olvidadas las visitas oficiales de Su Santidad el Patriarca Ecuménico en países, por ejemplo, mayoritariamente islámicos o en Organizaciones Internacionales hebreas.

A. Por cuanto concierne a los encuentros académicos entre Ortodoxia e Islam han sido organizados hasta ahora once (11) encuentros:

1. “Autoridad y religión en la tradición de las dos religiones y en la realidad actual”, Ginebra, noviembre de 1986;
2. “Modelos de coexistencia histórica entre cristianos y musulmanes y perspectivas futuras”, Amman, noviembre de 1987;
3. “Paz y justicia en la tradición de las dos religiones monoteístas”, Ginebra, diciembre de 1988;
4. “El pluralismo religioso”, Constantinopla, septiembre de 1989;
5. “Los jóvenes y los principios de la moderación”, Amman, julio de 1993;
6. “La educación para la comprensión y la colaboración”, Atenas, septiembre de 1994.
7. “El sistema educativo en el Islam y en el Cristianismo”, Amman, junio de 1996;
8. “Perspectivas de colaboración entre cristianos y musulmanes en la víspera del siglo nuevo”, Constantinopla, junio de 1997;
9. “Musulmanes y cristianos en la sociedad moderna; imágenes de los otros y la importancia de los derechos civiles comunes”, Amman, noviembre de 1998;
10. “Principios de coexistencia pacífica”, Bahréin, octubre de 2002;
11. “El fenómeno de la globalización y secularización en la humanidad moderna”, Atenas, noviembre de 2006.

B. Los temas de los “encuentros académicos” entre cristianos ortodoxos y judíos han sido:

1. “La Ley en la percepción cristiana ortodoxa y judía”, Lucerna (Suiza), marzo de 1977;
2. “Tradición y comunidad en el Judaísmo y en la Iglesia Ortodoxa”, Bucarest (Rumanía), octubre de 1979;
3. “Continuidad y renovación”, Atenas, marzo de 1993;
4. “Encuentro de la Ortodoxia y del Judaísmo con la modernidad”, Israel, diciembre de 1998;
5. “Fidelidad a nuestras raíces: compromiso común por la paz y la justicia”, Tesalónica, junio de 2003.

C. Los Encuentros inter-religiosos e internacionales comunes (cristianos, musulmanes y hebreos) tenían como temas:

1. “Paz y tolerancia”, Constantinopla, junio de 1994. Este Congreso ha quedado en la historia como la “Declaración común del Bósforo”, según la cual “cada crimen cometido en nombre de la religión constituye un crimen contra la religión”;
2. “La paz de Dios en el mundo”, Bruselas, diciembre de 2001;
3. “El espíritu olímpico y la religión”, Atenas, septiembre de 2004.

D. Congresos Inter-religiosos Ecológicos. Hasta ahora han sido organizados siete (7) Congresos internacionales ecológicos, bajo el título general: “Religión, Ciencia y Entorno natural”, todos de carácter inter-religioso. Estos congresos, organizados en común por el Patriarcado Ecuménico y la Comisión de la Unión Europea han tenido lugar todos en un barco y son los siguientes:

1. El 1995 relativo a la salvaguardia del Mar Egeo (Grecia, Turquía);
2. El 1997 relativo a la salvaguardia del Mar Negro (Bulgaria, Rumanía, Ucrania, Rusia, Georgia, Turquía);
3. El 1999 poco después de los bombardeos sobre Serbia el concerniente a la salvaguardia del Rio Danubio (Alemania, Austria, Hungría, Serbia, Bulgaria, Rumanía);
4. El 2002 relativo a la salvaguardia del Mar Adriático (Albania, Montenegro, Croacia, Eslovenia, Italia);
5. El 2003 relativo a la salvaguardia del Mar Báltico (Polonia, Lituania, Letonia, Estonia, Finlandia, Suecia);
6. El 2006 relativo a la salvaguardia del Rio Amazonas (Brasil);
7. El 2007 relativo a la salvaguardia del Polo Norte (Groenlandia).

E. Participación activa en cada iniciativa internacional inter-religiosa organizada por terceros.

Se trata de congresos organizados pos otras Iglesias, sean ortodoxas o heterodoxas, y grandes Organismos internacionales. Congresos de este tipo, con la activa participación del Patriarcado Ecuménico, han sido organizados en el curso de los últimos años por las Iglesias Ortodoxas de Rusia, Rumanía, Grecia y Chipre, de la Santa Sede (por ejemplo Asís, Italia, 2003), de la Comunidad de Sant’ Egidio (cada año en recuerdo de la primera convocatoria inter-religiosa de oración por la paz en 1986 en Asís con el Papa Juan Pablo II), del Movimiento de los Focolares, de Grandes Organismos Internacionales como la UNESCO, las Naciones Unidas, la Sociedad Mundial Islámica, la Unión Europea, el Organismo hebreo “Respeto y Tolerancia” de Nueva York etc., como también de muchos países como Estados Unidos de América, Rusia, Grecia, Italia, Francia y Kazajistán. Además en este ámbito hay que mencionar las visitas oficiales de Su Santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomeo I a algunos Estados puramente islámicos: Bahréin, Qatar, Irán, Libia, Azerbaiyán, Kazajistán bajo invitación oficial de parte del Gobierno de estos estados. Durante esas visitas oficiales el Patriarca Ecuménico ha tenido muchas conferencias y conversaciones sobre el diálogo inter-religioso y son firmados acuerdos de colaboración común en cuanto concierne a los sectores de la cultura, educación, ecología y el estudio del fenómeno de la secularización. Principal tema de estos encuentros, congresos y visitas fue la paz con la contribución común de las religiones. Como también se ve por la temática de dichos encuentros académicos entre Ortodoxia e Islam y Ortodoxia y Judaísmo el objetivo principal es el conocimiento recíproco y la comprensión recíproca, fruto de los cuales es la desaparición de los prejuicios y de los malentendidos, que se basan en la ignorancia o el poco conocimiento. Se estudian temas relativos a la convivencia social y no de teología, pero sin descuidar los presupuestos teológicos percibidos por cada parte.

El ámbito de la religión a pesar de su absolutismo - que en gran medida se encuentra en cada fe religiosa - necesita del diálogo, porque el conocimiento de la otra religión ayuda a la comprensión mejor de la propia. La mejor comprensión de nuestra y las otras religiones nos ayuda a comprender mejor lo que Dios pregunta al hombre y lo que eventualmente de humano o de equivocado existe en nuestras percepciones. Naturalmente para un simple fiel hacer comparaciones de esto tipo es un trabajo muy difícil, porque no tiene ni los conocimientos adecuados ni el necesario discernimiento. Eso necesita un conocimiento especial sobre las religiones y sobre todo experiencia espiritual. Por tanto, de momento, los diálogos inter-religiosos se hacen entre los altos dirigentes de cada religión. De este modo se evita la sospecha, las conversaciones se mantienen a alto nivel y el miedo de abandono de algunos creyentes de la propia fe por influencia del interlocutor de la otra religión se evita. Decimos eso porque el simple fiel que tiene pocos conocimientos, además de no estar capacitado para participar en un diálogo inter-religioso, sospecha de cuantos participan dudando de su sinceridad o de su firmeza en la fe de la propia religión. Por tanto insistimos categóricamente que los diálogos inter-religiosos no se realizan para asociarse los unos a los miembros de la otra religión ni para convencerles que su fe es la más justa. Se realizan para dejar el odio, para alcanzar la comprensión recíproca y para dar la seguridad que ambos lados desean el respeto de la identidad propia, de la preferencia religiosa y de las raíces culturales de cada uno.

A una más profunda comprensión recíproca, que aleje los conflictos y establezca la paz social, la colaboración y el progreso, puede ayudar decisivamente el diálogo cuando no se una la fuerza y la imposición. Más diálogo significa más paz, más progreso, más felicidad. Más sincero diálogo significa más sabiduría y conocimiento que es más preciosa que la riqueza y la fuerza natural. Sobre todo, un diálogo cordial que se realiza con respeto a la persona y a la fe del otro, cultiva la amistad y la familiaridad y provoca aquella relación que permite alojar el amor que funciona como pacificador en todos los casos de provocaciones irritantes por cualquier motivo.

En el siglo XIV d.C. tuvo lugar un diálogo entre el gran teólogo místico cristiano, San Gregorio Palamás, Arzobispo de Tesalónica, e ilustres exponentes del Islam. Naturalmente, no se pusieron de acuerdo, pero uno de los representantes del Islam dijo que tiempo vendrá en que existirá entre los fieles de las dos religiones la comprensión recíproca. Con esta afirmación estuvo de acuerdo San Gregorio Palamás y deseó que este tiempo viniera pronto. Podemos desear hoy que este tiempo sea el tiempo de nuestros días. Deseamos y rogamos para que los diálogos ya empezados se vuelvan más amplios, la comprensión recíproca crezca de más en más, que reine la convivencia pacífica de todos los hombres independientemente de etnia, lengua, religión y otra diversidad y la colaboración pacífica dará como buen fruto el establecimiento de la paz que tanto desea Dios.

Os doy las gracias por vuestra atención y espero haber satisfecho vuestras esperanzas.