lunes, 29 de febrero de 2016

Νέα επίσκεψη του Πάπα Φραγκίσκου στο Οικουμενικό Πατριαρχείο


Νέα επίσκεψη στην έδρα του Οικουμενικού Πατριαρχείου στο Φανάρι θα πραγματοποιήσει, σύμφωνα με πληροφορίες, ο Πάπας Φραγκίσκος. Ο Προκαθήμενος της Ρωμαιοκαθολικής Εκκλησίας αναμένεται να επισκεφθεί την Πρωτόθρονη Εκκλησία της Ορθοδοξίας τον ερχόμενο Μάιο με αφορμή συμμετοχή του στη Διεθνή Συνάντηση που θα πραγματοποιηθεί με πρωτοβουλία του ΟΗΕ στην Κωνσταντινούπολη και στο επίκεντρό της οποίας θα βρεθούν ζητήματα που σχετίζονται με το προσφυγικό και την ανθρωπιστική κρίση.

Στη Διεθνή Συνάντηση αναμένεται να συμμετάσχει και ο Οικουμενικός Πατριάρχης Βαρθολομαίος, ηγέτες και εκπρόσωποι Κρατών, επικεφαλής διεθνών ανθρωπιστικών οργανισμών και κινημάτων.

Κατά τη διάρκεια της παραμονής του ο Πάπας Φραγκίσκος, σύμφωνα με πληροφορίες, θα επισκεφθεί το Οικουμενικό Πατριαρχείο όπου θα έχει συνάντηση με τον Οικουμενικό Πατριάρχη Βαρθολομαίο. Έτσι, εκτός απροόπτου, θα γίνει ο πρώτος Πάπας που επισκέπτεται για δεύτερη φορά κατά τη διάρκεια της θητείας του την έδρα της Πρωτόθρονης Εκκλησίας της Ορθοδοξίας.


Πηγή: www.amen.gr

domingo, 28 de febrero de 2016

Donación de un icono de la Madre de Dios de la Pronta Escucha para nuestra Catedral de Madrid


El Santo Monasterio de Dojiaríu (Δοχειαρίου), situado en la costa suroeste del Monte Athos, ha donado para la Santa Iglesia Catedral de los Santos Andrés y Demetrio, Iglesia Madre de nuestra Metrópolis, una copia del icono milagroso de la Madre de Dios de la Pronta Escucha o del Pronto Socorro (Παναγία Γοργοεπήκοος), uno de los más venerados de la Sagrada Montaña y por el pueblo cristiano ortodoxo en general.

Este icono quedará expuesto permanentemente en nuestra Catedral para que todos puedan venerarlo y elevar sus súplicas a la Santa Madre de Dios. El viernes 11 de marzo de 2016 a las 19:00 se celebrará un oficio de Paráclesis a la Santísima Madre de Dios de la Pronta Escucha.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Visita pastoral de S.E. Policarpo a Valencia


El domingo 7 de febrero, Su Eminencia Rvdma. nuestro Metropolita Policarpo de España y Portugal celebró la Divina...
Posted by Sacra Metrópolis de España y Portugal - Patriarcado Ecuménico on Miércoles, 24 de febrero de 2016

domingo, 21 de febrero de 2016

Ensaio do coro da nossa Paróquia da Batalha


Хрест на плечі накладають.
Репетиція нашого церковного хору до Великого посту.Um ensaio do nosso coro da igreja para a Quaresma.A rehearsal of our church choir for Lent.
Posted by Православна Церква в Баталії on Sábado, 20 de febrero de 2016


Репетиція церковного хору.
Posted by Православна Церква в Баталії on Sábado, 20 de febrero de 2016

20 aniversário da Escola UNESCO de Santa Catarina da Serra (Leiria)


У середу, 17 лютого в містечку Санта Катаріна де Серра (область Лейрія) відбулося урочисте святкування з нагоди 20 річни...
Posted by Sacra Metrópolis de España y Portugal - Patriarcado Ecuménico on Domingo, 21 de febrero de 2016

miércoles, 17 de febrero de 2016

Богослужіння в Баталії / Divina Liturgia na Batalha


Неділя, 14 лютого. В цей день погода з самого ранку демонструвала свій характер. Сильний поривчастий вітер та проливні к...
Posted by Sacra Metrópolis de España y Portugal - Patriarcado Ecuménico on Miércoles, 17 de febrero de 2016

lunes, 15 de febrero de 2016

Monforte de Lemos (Lugo), lugar de culto ortodoxo


O templo da Régoa acolle as celebracións do colectivo romanés do sur de Lugo e Ourense. A misa garda similitudes coa tradición católica de Roma, pero é máis longa e máis vistosa.

O segundo domingo de cada mes, a igrexa da Régoa de Monforte acolle unha eucaristía ortodoxa á que asisten os integrantes da comunidade romanesa asentada no sur da provincia de Lugo e o norte de Ourense.

A iniciativa xurdiu hai catro anos, por parte da comunidade romanesa da Ribeira Sacra. Logo de varios trámites co bispo de Lugo e o propio párroco da Régoa foi posible establecer a rutina e que os practicantes ortodoxos dispuxesen dun espazo para o seu culto.

O Padre Basilio Savchuk é natural da actual Ucraína. Formouse no Seminario e na Universidade e veu a Galicia pola mala situación do seu país, pero tamén para reflexionar sobre o seu futuro relixioso. "Os sacerdotes ortodoxos podemos casarnos e ter fillos pero os bispos non poden contraer matrimonio, deben ser célibes", explica. "Vin aquí para ver cal dos camiños tomar e nunha cerimonia coñecín a unha galega ortodoxa", engade. Foi entón cando casou e foi nomeado sacerdote ante o Patriarca de Constantinopla. "Agora teño tres fillos e traballo nunha fábrica para manter á miña familia".

Gheorghe Szabo forma parte da asociación relixiosa ortodoxa romanesa de Monforte, un colectivo que conta con 75 socios oficiais, pero que move a unhas 300 persoas. Esa agrupación foi a que comezou o proceso para que as misas puidesen celebrarse en Monforte.

"Nós estamos completamente integrados nesta cidade, pero gústanos manter a nosa fe e a nosa tradición relixiosa", explica. "Tamén veneramos a Santa María e participamos dos actos do día 15 de agosto que se organizan en San Vicente", engade Szabo. "Temos moitas cousas en común e podemos asistir á misa da tradición de Roma", di.

Ana Rodil


Fonte: El Progreso

Пам'ять Трьох Святителів в Баталії / Festa dos Três Santos Hierarcas na Batalha

12 лютого. В цей святковий день свята Православна Церква згадує трьох святителів і великих учителів Христової Церкви: Ва...

Posted by Sacra Metrópolis de España y Portugal - Patriarcado Ecuménico on Lunes, 15 de febrero de 2016

sábado, 13 de febrero de 2016

Declaración conjunta entre el Papa de Roma y el Patriarca de Moscú y Toda Rusia


“Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la participación del Espíritu Santo estén con todos vosotros” (2 Corintios 13,13).

1. Por la voluntad de Dios Padre, de quien procede todo don, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, con la ayuda del Espíritu Santo Consolador, nosotros, Francisco, Papa y Obispo de Roma, y Kiril, Patriarca de Moscú y Toda Rusia, reunimos hoy en La Habana. Damos gracias a Dios, glorificado en la Santísima Trinidad, por este encuentro, el primero en la historia.

Con alegría, nos reunimos como hermanos en la fe cristiana que se encontraron para “hablar… personalmente” (2 Juan, 12), de corazón a corazón, y discutir las relaciones mutuas entre las Iglesias, los problemas palpitantes de nuestro rebaño y las perspectivas del desarrollo de la civilización humana.

2. Nuestro encuentro fraterno se llevó a cabo en Cuba, en la encrucijada entre el Norte y el Sur, el Este y el Oeste. Desde esta isla, un símbolo de esperanza del Nuevo Mundo y de los dramáticos acontecimientos de la historia del siglo XX, dirigimos nuestras palabras a todas las naciones de América Latina y de otros continentes.

Nos alegra el hecho de que hoy en día aquí la fe cristiana evoluciona dinámicamente. El potencial religioso de gran alcance en América Latina, sus tradiciones cristianas multiseculares, manifestadas en la experiencia personal de millones de personas, son clave para un gran futuro de esta región.

3. Al reunirnos a distancia de las antiguas disputas del Viejo Mundo, sentimos muy fuertemente la necesidad de colaboración entre los católicos y los ortodoxos, que deben estar siempre preparados para responder a cualquiera que les pida razón de la esperanza (1 Pedro 3, 15).

4. Damos gracias a Dios por los dones que hemos recibido a través de la venida al mundo de su Hijo Unigénito. Compartimos la Tradición espiritual común del primer milenio del cristianismo. Los testigos de esta Tradición son la Santísima Madre de Dios, la Virgen María, y los santos a quienes veneramos. Entre ellos están innumerables mártires que mostraron su fidelidad a Cristo y se convirtieron en “la semilla de cristianos”.

5. A pesar de tener la Tradición común de diez primeros siglos, los católicos y los ortodoxos, durante casi mil años, están privados de comunicación en la Eucaristía. Permanecimos divididos dado a las heridas causadas por los conflictos del pasado lejano y reciente, por las diferencias heredadas de nuestros antepasados, en la comprensión y la explicación de nuestra fe en Dios, un ser único que existe como tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Lamentamos la pérdida de la unidad, que era una consecuencia de la debilidad y la pecaminosidad humana, que se produjo a despecho de la oración del Primer Sacerdote, Cristo Salvador: “Te pido que todos ellos estén unidos; que como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste” (Juan 17, 21).

6. Conscientes de muchos obstáculos que hay que superar, esperamos que nuestro encuentro contribuya a la obtención de la unidad mandada por Dios, por la que Cristo había rezado. Que nuestro encuentro inspire a los cristianos de todo el mundo para invocar con el nuevo fervor al Señor, orando sobre la plena unidad de todos sus discípulos. Que ésta, en el mundo que espera de nosotros no sólo palabras, sino acciones, sea un signo de esperanza para todas las personas de buena voluntad.

7. Teniendo firmeza en hacer todo lo necesario para superar las diferencias históricas heredadas por nosotros, queremos reunir nuestros esfuerzos a fin de dar testimonio del Evangelio de Cristo y del patrimonio común de la Iglesia del primer milenio, respondiendo conjuntamente a los desafíos del mundo moderno. Los ortodoxos y los católicos deben aprender a llevar el testimonio común de la verdad en aquellas áreas, en las que es posible y necesario. La civilización humana ha entrado en un período de cambios epocales. La conciencia cristiana y la responsabilidad pastoral no nos permiten que permanezcamos indiferentes ante los desafíos que requieren una respuesta conjunta.

8. Nuestra atención está dirigida principalmente hacia aquellas regiones del mundo donde los cristianos están sometidos a persecución. En muchos países de Oriente Medio y África del Norte, se exterminan familias completas de nuestros hermanos y hermanas en Cristo, pueblos y ciudades enteros habitados por ellos. Sus templos están sometidos a la destrucción bárbara y a los saqueos, los santuarios – a la profanación, los monumentos – a la demolición. En Siria, Irak y otros países de Oriente Medio observamos con dolor el éxodo masivo de cristianos de la tierra donde nuestra fe comenzó a extenderse, y donde ellos vivían a partir de los tiempos apostólicos, junto con otras comunidades religiosas.

9. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional a tomar medidas inmediatas para evitar un mayor desplazamiento de los cristianos de Oriente Medio. Levantando nuestras voces en defensa de los cristianos perseguidos, también solidarizamos con sufrimientos de seguidores de otras tradiciones religiosas, que se han convertido en víctimas de la guerra civil, el caos y la violencia terrorista.

10. En Siria e Irak esta violencia ha cobrado miles de vidas, dejando sin hogares y medios de vida a unos millones de personas. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional a unirse para poner fin a la violencia y al terrorismo y al mismo tiempo, a través del diálogo, a contribuir a la pronta obtención de la paz civil. Se requiere una ayuda humanitaria de gran escala para el pueblo que sufre, y para muchos refugiados en los países vecinos.

Solicitamos a todos los que pueden, influir en el destinode todos los secuestrados, incluyendo a los Metropolitas de Alepo, Pablo y Juan Ibrahim, capturados en abril de 2013, para hacer todo lo necesario a fin de su pronta liberación.

11. Enviamos oraciones a Cristo, Salvador del mundo, sobre el establecimiento en suelo de Oriente Medio de la paz, que es producto de la justicia (Isaías 32, 17), sobre el fortalecimiento de la convivencia fraterna entre diversos pueblos, Iglesias y religiones situados en esta tierra, sobre el regreso de los refugiados a sus casas, sobre la curación de los heridos y el reposo de almas de las víctimas inocentes.

Dirigimos a todas las partes que puedan estar involucradas en los conflictos, un ferviente llamamiento para manifestar buena voluntad y llegar a la mesa de negociación. Al mismo tiempo, es necesario que la comunidad internacional haga todos los esfuerzos posibles para poner fin al terrorismo mediante acciones comunes, conjuntas y sincronizadas. Hacemos un llamamiento a todos los países involucrados en la lucha contra el terrorismo, a las acciones responsables y prudentes. Hacemos un llamado a todos los cristianos y a todos los creyentes en Dios para rezar al Señor Creador y Providente que cuida el mundo, que guarde su creación de la destrucción y no permita una nueva guerra mundial. Para que la paz sea duradera y fiable, se requieren esfuerzos especiales destinadas al regreso a los valores comunes, que nos unen, basados en el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.

12. Admiramos la valentía de aquellos que entregan sus vidas por haber dado testimonio de la verdad del Evangelio, prefiriendo la muerte ante la abjuración de Cristo. Creemos que los mártires de nuestros tiempos, procedentes de diferentes Iglesias, pero unidos por un sufrimiento común, son la clave para la unidad de los cristianos. A vosotros, los que sufren por Cristo, dirige su palabra el Apóstol del Señor: “Queridos hermanos,… alegraos de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para que también os llenéis de alegría cuando su gloria se manifieste” (1 Pedro 4, 12-13).

13. En esta época turbadora se necesita el diálogo interreligioso. Las diferencias en comprensión de las verdades religiosas no deben impedir que las personas de diversas religiones vivan en paz y armonía. En las circunstancias actuales, los líderes religiosos tienen una responsabilidad especial por la educación de su rebaño en el espíritu de respeto por las creencias de aquellos que pertenecen a otras tradiciones religiosas. Los intentos de justificar actos criminales por consignas religiosas son absolutamente inaceptables. Ningún crimen puede ser cometido en el nombre de Dios, “porque Dios es Dios de paz y no de confusión” (1 Corintios 14, 33).

14. Atestiguando el alto valor de la libertad religiosa, damos gracias a Dios por el renacimiento sin precedentes de la fe cristiana que ahora se lleva a cabo en Rusia y muchos países de Europa del Este, donde por décadas han gobernado regímenes ateos. Hoy en día, las cadenas del ateísmo militante cayeron, y en muchos lugares los cristianos son libres de profesar su fe. Durante un cuarto de siglo, aquí se erigieron decenas de miles de nuevos templos, se abrieron cientos de monasterios y escuelas teológicas. Las comunidades cristianas realizan amplias actividades caritativas y sociales, prestando diversa asistencia a los necesitados. Los ortodoxos y los católicos a menudo trabajan hombro con hombro. Ellos defienden la base espiritual común de la sociedad humana, dando testimonio de los valores evangélicos.

15. Al mismo tiempo, nos preocupa la situación que tiene lugar en tantos países, donde los cristianos enfrentan cada vez más la restricción de la libertad religiosa y del derecho a dar testimonio sobre sus creencias y a vivir de acuerdo con ellas. En particular, vemos que la transformación de algunos países en las sociedades secularizadas, ajenas de cualquier memoria de Dios y su verdad, implica una grave amenaza para la libertad religiosa. Estamos preocupados por la limitación de los derechos de los cristianos, por no hablar de la discriminación contra ellos, cuando algunas fuerzas políticas, guiadas por la ideología del secularismo que en numerosos casos se vuelve agresivo, tienden a empujarles a los márgenes de la vida pública.

16. El proceso de la integración europea, que comenzó después de siglos de conflictos sangrientos, fue acogido por muchas personas con esperanza, como prenda de paz y seguridad. Al mismo tiempo, advertimos en contra de aquella clase de integración que no respeta la identidad religiosa. Respetamos la contribución de otras religiones a nuestra civilización, pero estamos convencidos de que Europa debe mantener la fidelidad a sus raíces cristianos. Hacemos un llamamiento a los cristianos en Europa Occidental y Europa Oriental a unirse a fin de dar testimonio conjunto sobre Cristo y el Evangelio, para que Europa mantenga su alma formada por dos mil años de la tradición cristiana.

17. Nuestra atención está destinada a las personas que se encuentran en una situación desesperada, viven en la pobreza extrema en el momento en que la riqueza de la humanidad está creciendo. No podemos permanecer indiferentes al destino de millones de migrantes y refugiados que tocan a las puertas de los países ricos. El consumo incontrolado, típico para algunos estados más desarrollados, agota rápidamente los recursos de nuestro planeta. La creciente desigualdad en la distribución de bienes terrenales, aumenta el sentido de la injusticia del sistema de las relaciones internacionales que se está implantando.

18. Las Iglesias cristianas están llamadas a defender exigencias de la justicia, del respeto a las tradiciones nacionales y de la solidaridad efectiva con todos los que sufren. Nosotros, los cristianos, no debemos olvidar que “para avergonzar a los sabios, Dios ha escogido a los que el mundo tiene por tontos; y para avergonzar a los fuertes ha escogido a los que el mundo tiene por débiles. Dios ha escogido a la gente despreciada y sin importancia de este mundo, es decir, a los que no son nada, para anular a los que son algo. Así nadie podrá presumir delante de Dios” (1 Corintios 1, 27-29).

19. La familia es el centro natural de la vida de un ser humano y de la sociedad. Estamos preocupados por la crisis de la familia en muchos países. Los ortodoxos y los católicos, compartiendo la misma visión de la familia, están llamados a testificar acerca de la familia como de un camino hacia la santidad, que se manifiesta en la fidelidad mutua de los cónyuges, su disponibilidad para dar a luz a los niños y formarles, en la solidaridad entre las generaciones y el respeto hacia los enfermizos.

20. La familia es fundada sobre el matrimonio que es un acto libre y fiel de amor entre un hombre y una mujer. El amor fortalece su unión, les enseña a aceptar uno a otros como a un don. El matrimonio es la escuela del amor y de la fidelidad. Lamentamos que otras formas de convivencia se equiparan ahora con esta unión, y la visión de la paternidad y la maternidad como de especial vocación del hombre y de la mujer en el matrimonio, santificada por la tradición bíblica, se expulsa de la conciencia pública.

21. Hacemos un llamamiento a todos para respetar el derecho inalienable a la vida. Unos millones de bebés están privados de la propia posibilidad de aparecer a la luz. La sangre de los niños no nacidos pide a gritos a Dios que haga justicia. (Génesis 4, 10).

La divulgación de la así llamada eutanasia conduce al hecho de que los ancianos y enfermos comienzan a sentirse carga excesiva para su familia y la sociedad en conjunto.

Expresamos nuestra preocupación por el uso cada vez más extendido de las tecnologías biomédicas de reproducción, porque la manipulación de la vida humana es un ataque contra los fundamentos del ser de la persona creada a imagen de Dios. Consideramos que nuestro deber es hacer acordarse sobre la inmutabilidad de los principios morales cristianos, basados en el respeto por la dignidad de la persona que está destinada a la vida de acuerdo con el plan de su Creador.

22. Queremos hoy dirigir unas palabras especiales a la juventud cristiana. Vosotros, los jóvenes, no debéis esconder dinero en la tierra (Mateo 25, 25), sino usar todas las dotes dadas por Dios, para afirmar la verdad de Cristo en el mundo, realizar los mandamientos evangélicos del amor a Dios y al prójimo. No tengáis miedo de ir contra la corriente, defendiendo la verdad de Dios, con la que no siempre se ajustan las normas seculares modernas.

23. Dios os ama y espera de cada uno de vosotros que seáis sus discípulos y apóstoles. Sed la luz de este mundo, para que otros, viendo el bien que hacéis, alaben todos a vuestro Padre que está en el cielo (Mateo 5, 14-16). Educad a los niños en la fe cristiana para entregarles la perla preciosa de la fe (Mateo 13, 46) que recibisteis de vuestros padres y antepasados. No olvidéis que “Dios os ha comprado por un precio” (1 Corintios 6, 20), el precio de la muerte en la cruz de Dios Hombre, Jesucristo.

24. Los ortodoxos y los católicos están unidos no sólo por la Tradición común de la Iglesia del primer milenio, sino también por la misión de predicar el Evangelio de Cristo en el mundo contemporáneo. Esta misión requiere respeto mutuo entre los miembros de las comunidades cristianas, excluye cualquier forma del proselitismo.

No somos competidores, sino hermanos: debemos arrancar de este concepto ejecutando todas actividades relacionadas con nuestros lazos y contactos con el mundo exterior. Instamos a los católicos y a los ortodoxos de todo el mundo para aprender a vivir juntos en paz, amor y armonía unos con otros (Romanos 15, 5). Es inaceptable el uso de medios incorrectos para obligar a los fieles a pasar de una Iglesia a otra, dejando de lado su libertad religiosa y sus propias tradiciones. Estamos llamados a poner en práctica el mandamiento de San Pablo Apóstol y “anunciar el evangelio donde nunca antes se había oído hablar de Cristo, para no construir sobre cimientos puestos por otros” (Romanos 15, 20).

25. Esperamos que nuestro encuentro contribuya a la reconciliación donde hay tensiones entre los greco-católicos y los ortodoxos. Hoy en día es obvio que el método de “la unión” de los siglos pasados que implica la unidad de una comunidad con la otra a costa de la separación de su Iglesia, no es la manera de restaurar la unidad. Al mismo tiempo, las comunidades eclesiásticas que han aparecido como resultado de circunstancias históricas tienen derecho a existir yhacer todo lo necesario para satisfacer menesteres espirituales de sus fieles, buscando la paz con sus vecinos. Los ortodoxos y los greco-católicos necesitan la reconciliación y la búsqueda de formas de convivencia mutuamente aceptables.

26. Lamentamos el enfrentamiento en Ucrania que ya cobró muchas vidas, causó sufrimientos innumerables a los civiles, hundió la sociedad en una profunda crisis económica y humanitaria. Hacemos un llamamiento a todas las partes del conflicto a tener prudencia, mostrar la solidaridad social y trabajar activamente para el establecimiento de la paz. Instamos a nuestras Iglesias en Ucrania a trabajar para lograr la armonía social, abstenerse de participar en la confrontación y de apoyar el desarrollo del conflicto.

27. Esperamos que la división entre los creyentes ortodoxos en Ucrania sea vencida sobre la base de las normas canónicas existentes, que todos los cristianos ortodoxos de Ucrania vivan en paz y armonía, y que las comunidades católicas del país contribuyan a ello, para que nuestra hermandad cristiana sea aún más evidente.

28. En el mundo de hoy, multifacético y al mismo tiempo unido por el destino común, los católicos y los ortodoxos están llamados a colaborar fraternamente para anunciar el Evangelio de la salvación, dar testimonio común de la dignidad moral y la auténtica libertad humana, “para que el mundo crea” (Juan 17, 21). Este mundo, en el que se están socavando rápidamente los fundamentos morales de la existencia humana, espera de nosotros el fuerte testimonio cristiano en todos los ámbitos de la vida personal y social. ¿Podremos en la época crucial dar testimonio conjunto del Espíritu de la verdad? De esto depende, en gran medida, el futuro de la humanidad.

29. Que Jesucristo, Dios Hombre, Nuestro Señor y Salvador, nos ayude en el anuncio valiente de la verdad de Dios y de la Buena Noticia de salvación. El Señor nos fortalece espiritualmente con su promesa infalible: “No tengáis miedo, pequeño rebaño, que el Padre, en su bondad, ha decidido daros el reino” (Lucas 12, 32).

Cristo es una fuente de alegría y de esperanza. La fe en él transfigura la vida del ser humano, la llena de significado. Lo han vivido por su propia experiencia todos aquellos de los que se puede decir con las palabras de San Pedro Apóstol: “Antes, ni siquiera erais pueblo, pero ahora sois pueblo de Dios; antes Dios no os tenía compasión, pero ahora tiene compasión de vosotros” (1 Pedro 2, 10).

30. Llenos de gratitud por el don de comprensión mutua que se manifestó en nuestra reunión, nos dirigimos con esperanza a la Santísima Madre de Dios, haciendo solicitud con las palabras de la antigua oración: “Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios”. Que la Santísima Virgen María con su amparo fortalezca la hermandad de todos que la veneran, para que ellos, en un momento determinado por Dios, se junten, en paz y concordia, en el único pueblo de Dios, ¡sea glorificado el nombre de la Trinidad Consustancial e Inseparable!

Francisco
Obispo de Roma,
Papa de la Iglesia Católica

Cirilo
Patriarca de Moscú
y Toda Rusia

12 de febrero de 2016, La Habana (Cuba)

jueves, 11 de febrero de 2016

Ο Μητροπολίτης μας στην Ελλάδα / Nuestro Metropolita en Grecia


10/02/2016Την Θεία Λειτουργία για την μνήμη του Αγίου Χαραλάμπους, προς τιμή του οποίου είναι συναφιερωμένο το δεξιό κ...
Posted by Sacra Metrópolis de España y Portugal - Patriarcado Ecuménico on Jueves, 11 de febrero de 2016

miércoles, 10 de febrero de 2016

Imágenes históricas del Patriarca Atenágoras

Ofrecemos a continuación unas históricas imágenes en vídeo (sin sonido) de nuestro querido Patriarca Atenágoras (de eterna memoria).



Fuente: The British Pathé Film Archive

Паломники в Баталії / Peregrinos na Batalha


Неділя, 31 січня. Цього дня на нашу парафію приїхали паломники з Лісабону, Мафри та Алверки на чолі з їхнім настоятелем ...
Posted by Sacra Metrópolis de España y Portugal - Patriarcado Ecuménico on Miércoles, 10 de febrero de 2016

Una parròquia ortodoxa a l'Església de la Concepció de Barcelona (Catalunya)


La Parròquia Grega Ortodoxa de Sant Nectari d’Egina es va fundar el 1975 i actualment congrega una cinquantena de feligresos, que per Pasqua i les festes assenyalades, arriben als més de tres-cents.

El monjo Arximandrita Cristòdulos va néixer a Volos el 1978 i als 18 anys es va començar a formar com a religiós al Mont Athos. Quan va arribar a Barcelona, la comunitat ortodoxa grega la formava un grup reduït, d’unes 5 persones. El rector de l’església catòlica de la Concepció els va oferir de compartir amb ells la capella de la Mare de Déu de Montserrat, que avui és per a ells l’espai de referència a la ciutat. Tot i que la comunitat grega de Barcelona és petita, i molts són famílies mixtes, l’església ja té una cinquantena de fidels que hi assisteixen regularment.

La tasca del monjo a Barcelona va començar l’any 2011 i avui és el cap a la península oriental de l’església ortodoxa grega. El culte ortodox és diferent del catòlic i conserva tradicions més antigues en la litúrgia.

També hi ha altres elements que les diferencien, com les icones. De Salònica, a Grècia, s’han fet portar les imatges de l’altar i s’hi han encarregat també la resta de les icones, entre les quals la de Sant Nectari, el patró d’aquesta comunitat. També l’iconòstasi, una gelosia que dóna accés a l’altar on es posen les icones, que està tallada en fusta artesanalment.

En actes multitudinaris, com els de Pasqua, quan hi poden assistir unes 300 persones, l’església els deixa altres espais, com el claustre de la Concepció.


Font: www.eldigital.barcelona.cat



lunes, 8 de febrero de 2016

День Cв. Григорія Богосл. в Баталії / Dia de S. Gregório na Batalha


Неділя, 7 лютого, День пам'яті Святителя Григорія Богослова, Святкова Божественна Літургія відбулась на нашій парафії....
Posted by Sacra Metrópolis de España y Portugal - Patriarcado Ecuménico on Lunes, 8 de febrero de 2016

El Patriarca Ecuménico participará por videoconferencia en un Congreso Internacional de la Universidad Católica de Murcia (UCAM)


Según consta en el programa provisional, Su Toda Santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomé I participará por videoconferencia en el Congreso Internacional Laudato Sì de Ecología Integral y Medio Ambiente de la UCAM, que tendrá lugar del 2 al 6 de marzo en la capital murciana.

La primera intervención del Patriarca será a las 18:30 del día 2 de marzo, cuando dirigirá un Saludo a los asistentes al acto. Al día siguiente (jueves) a las 10:00, el Patriarca pronunciará la conferencia "El Mundo como Sacramento de Comunión".

El mismo jueves 3 de marzo a las 20:00 tendrá lugar un Acto Ecuménico en el que, junto a líderes latinos y protestantes, participará Su Eminencia Policarpo, Arzobispo-Metropolita de España y Portugal y Exarca del Mar Mediterráneo (Patriarcado Ecuménico), además de otras figuras de la Ortodoxia en nuestro país: Mons. Néstor, de la Diócesis de Corsún/Quersoneso (Patriarcado de Moscú y Toda Rusia); el P. Arcipreste Joan Garcia, Vicario de la Diócesis de Europa Occidental (Patriarcado de Serbia); Mons. Timoteo, del Obispado Ortodoxo Rumano de España y Portugal (Patriarcado Rumano). Por parte no calcedonense participarán Su Eminencia Mor Nicolaos Matti Abdalahad, Arzobispo y Vicario Patriarcal para España de la Iglesia Siro-ortodoxa de Antioquía, y el P. Sasoon Zumrookhdian, Delegado Pontificio de la Iglesia Apostólica Armenia y Vicario Patriarcal para España y Portugal.

El Congreso Internacional Laudato Sì está concebido por sus organizadores como un homenaje al Papa Francisco, cuya reciente encíclica homónima trata de Ecología. Según la página web oficial del acto, "la ecología estudia las relaciones entre los organismos vivientes y el ambiente donde se desarrollan. También exige sentarse a pensar y a discutir acerca de las condiciones de vida y de supervivencia de una sociedad. Cuando se habla de «medio ambiente», se indica particularmente una relación, la que existe entre la naturaleza y la sociedad que la habita. Esto nos impide entender la naturaleza como algo separado de nosotros o como un mero marco de nuestra vida. Estamos incluidos en ella, somos parte de ella y estamos interpenetrados. Las razones por las cuales un lugar se contamina exigen un análisis del funcionamiento de la sociedad, de su economía, de su comportamiento, de sus maneras de entender la realidad".



domingo, 7 de febrero de 2016

"Monacato y martirio". Homilía del P. Archimandrita Demetrio en el Monasterio de la Santa Trinidad de Canarias


Si analizamos los deseos de un alma que aspira a la hesiquía, encontraremos numerosos elementos edificantes que afectan, componen  y perfecccionan la vocación monástica. Por ejemplo el arrepentimiento como deseoo necesidad del alma, el sentimiento del carácter efímero de este mundo que es reflejo de otra realidad transcedente o el amor de Dios y la preferencia por su Reino, en vista del cual todo se considera en poco cuando se trata de ganar a Dios. Incluso las cosas más sagradas y santificadas por la Iglesia, como son el hombre o la mujer, la pareja, los hijos, la participación en la vida eclesiástica en el mundo, las actividades sociales...etc. todas son rechazadas. Incluso san Basilio prohibe al monje su pretensión de ser sacerdote cuando es por propio deseo y no por obediencia.

Por el contrario, la tendencia a la soledad, a la paz interior, el deseo de perfección y edificación coexisten en toda alma que aspira a vivir en la ermita o en el claustro. Pero lo que no falta jamás en toda vocación monástica y que se manifiesta de una manera enérgica y total es el espíritu de martirio, su disposición a padecer, a sufrir, a sacrificarse, a morir por amor a Dios. Se puede decir que si alguien quiere progresar en el monacato debe convertirse en mártir por los muchos esfuerzos, los numerosos trabajos y lágrimas, por la paciencia y las aflicciones, mucho más por la clausura y penalidades e infinitamente más por los ataques del demonio y de los hombres.

Pero, ¿por qué el martirio es el elmento principal de la vida monástica? Voy a dar tres razones para esta afirmación.

1) Con la decisión divina de que el hombre ganara el pan con el sudor de su frente se oculta el amor de Dios, que promueve el medio y el camino para su segunda creación, para la regeneración del hombre caído. Mientras madura, el hombre reconoce en sus sufrimientos, aflicciones e incluso la muerte, la expresión que el dolor lleva en sí mismo, esto es, la posibilidad de encontrarse ante Dios, de manifestarle, de confesarle nuestro deseo de reencontrar la divinización perdida.

Esta petición, este lenguaje mediante el cual el hombre se expresa para elevar su clamor y su corazon solicitando su reintegración en la comunidad divina, es el lenguaje del sacrificio, el lenguaje de aquél que sufre por Cristo con vistas al Reino de Dios.

Es imposible que los sufrimientos falten en el alma que ama a Dios, y todavía más en la vocación monástica, que es un nacimiento virginal por el espíritu de la salvación. Por eso, el que desea llevar una vida ascética no se conforma con una solución moderada o una situación convencional. Practicando las más grandes ascesis o soportando las más dolorosas pruebas, trabaja para su perfección. Esta conciencia del martirio se lleva con alegría y placenteramente: le basta al monje con alcanzar a Cristo; es un deseo que gusta de la alegría de la aflicción, de las delicias espirituales del dolor, pero no del dolor psicológico. Es una petición a Dios de soportar lo que venga para manifestarle nuestro amor, para vivir el amor.

2) Cuando el Señor llamó a san Pablo, y seguro que también ocurrió con los demás apóstoles, le "mostró lo que había de padecer por su nombre". Posteriormente, san Pablo siempre presentó sus pruebas como argumento manifiesto de su apostolicidad, de su sinceridad y de su amor hacia Dios, pruebas que para el apóstol Pedro constituyen un carisma y el sello de "sufrir ultrajes por su nombre" (Hch. 5,41). Los apóstoles no sólo hicieron gala de creer en Cristo, sino también de sufrir por él, tal como nos lo avierte el salmo "pero por tí se nos mata cada día, como ovejas de matadero se nos trata" (Sal. 44,23). Así que, en cierto sentido, el sufrimiento, el martirio del hombre, lleva la fe a su perfección.

Cuando leemos cada día en el salterio que las montañas y desiertos se alegran ante el rostro de Dios, de donde viene la salvación o cuando leemos en el Apocalipsis que a la mujer, modelo de la Iglesia y de toda alma, se le dieron "dos alas de águila grande para volar al desierto", es fácil admitir que la búsqueda de Dios y su consagración a él, está tejida de montañas y desiertos, de combates y luchas de la vida monástica; es fácil admitir que el desierto es su lugar y el medio de su martirio.

Desde los primeros momentos en que la Iglesia se enraizó en el mundo, los cristianos que deseaban el conocimiento de la Escritura, la verdadera perfeccción evangélica, el yugo de la Cruz y la herenca del Reino de los cielos, quisieran situarse entre aquellos que se retiraban al desierto "siguiendo al Cordero a dondequiera que vaya" (Ap. 14,4). Al principio vivieron aislados del mundo, localmente o en sentido figurado, después apartados, que no ajenos, a la sociedad, por amor y una mayor madurez, haciendo del mundo, como dice san Pablo "un crucificado para mí y yo un crucificado para el mundo" (Gal. 6,14).

3) Las persecuciones dieron ocasión a todos los fieles de sellar su deseo de Dios por el martirio de sangre; martirio que veían como un don y un carisma divinos, como el resultado de un poder que suplía las debilidades humanas, como un honor y una gloria que ofrecía Dios en su infinita filantropía, como la única manera de pasar del sueño a la realidad, de la corrupción a la eternidad.

Lo que los mártires observaban la noche precedente al día en que recibían la corona del martirio, es decir, el ayuno, la vigilia, la acción de gracias y la espera gozosa del momento, todo eso, los monjes "que han sido llamados al martirio invisible", lo cumplen noche y día nos dice san Isaac de Nínive (Sermones Ascéticos nº 85). Estos, que por su condición no tenían otras perspectivas que el amor de Dios y la comunión con él, vivían siempre esta relación bajo el aspecto de combates heroicos y proezas atléticas.

Se podrían añadir otros argumentos pero basten estos tres.

El martirio cotidiano de los monjes es la incesante participación en la muerte de Cristo en los sufrimientos de los héroes de la fe, por la que obtiene el derecho al triunfo de los santos. La ascesis, los diversos combates, la kenosis y la verdadera humildad son los instrumentos de este martirio. Los monjes luchan como muertos para el mundo, "un sepulcro antes del sepulcro", dice san Juan Clímaco (Escala Espiritual, 4,48), teniendo la celda como estadio y el monasterio como palestra.

Aunque no comporte necesariamente la efusión de sangre, la vocación monástica implica la vocación al martirio: las diversas formas de ascesis que dependen del deseo, del carácter,  de la libertad interior, de los conocimientos, de las circunstancias, de las condiciones de vida del monje, así como de los consejos de su padre espiritual, crean innumerables ocasiones de martirio espiritual en una familia monástica adecuada. Lo que objetivamente no es necesario o es facultativbo para un laico, la conciencia del monje lo hace, subjetivamente y por amor, obligatorio. Por esta razón nos dice san Teodoro Studita: "Perseveremos, hermanos míos, en el martirio contínuo de la conciencia mediante las lágrimas, el cuidado de la regla, la súplica, la compunción u otras mortificaciones del cuerpo". Por experiencia, el monje conoce lo que los Padres han vivido, es decir, "cuando el corazón está afligido y brotan las lágrimas para la vida eterna, de una manera figurada, el monje da su sangre y recibe el Espíritu Santo", aseguraba Abba Longinos. Por el contrario, cuando cesa el sufrimiento, la esperanza, la certidumbre, la confianza y la relación con Cristo se hunden.

Por lo tanto, ser monje es el comienzo de una vida de martirio en la conciencia. Es verdad que el monje se alegra en los combates, aunque nunca se contente, porque los considera como "peso momentáneo y ligero de nuestras tribulaciones" (2 Co, 4,17) que le proporcionan la vida eterna. Animado por este pensamiento el monje convierte las noches en días llenos de luz para el alma, luchando para ganar el favor divino, para que cuando llegue el día querido por Dios, en esta vida o después de haber roto los vínculos humanos, sus ojos reciban el carisma de "ver y observar la contemplación celestial" (s. Isaac de Nínive, Sermones Ascéticos nº 29).

En la rutinaria tiniebla de su pobreza el monje lucha y vive con alegría la invisible e inabarcable presencia de Dios que por exceso de amor permanece oculto. Pero también cree el monje que él, pecador, que continúa pecando, él, el más pobre de los hombres verá algo más grande de lo que han podido ver profetas y reyes. El monje es totalmente feliz de tratar así con Dios y no hace depender de su paciencia las divinas visitas o el progreso espiritual, porque su bien no está ante Dios o más allá de Dios, sino el mismo Dios. No obstante, Dios se derrama actuando en nosotros, en nuestro cuerpo, en nuestra alma, en nuestro espíritu, dándonos a conocer también sus secretos y los de nuestra naturalaza, tanto presentes como futuros. Poco a poco distinguimos los rasgos de su presncia y aprendemos convenientemente cual es la naturaleza de todos los seres; como dice el salmista "cuando llenan mi corazón las congojas, tus consuelos regocijan mi alma" (Sal. 93,19).

De todo ello se desprende que el martirio monástico es una elevación laboriosa hacia Dios, un amor y un deseo de ascesis hasta la mueerte, deseo que expresa y contiene la recompensa y los dones de la Gracia divina. ¿No vale la pena, hermanos míos, siguiendo la voz de profeta Joel de "santificar esta guerra", levantarse como milicia de Dios, subiendo todos hacia él como valientes?

No obstande  debo hacer una advertencia: el príncipe de este mundo tratará de impedirlo, pero mantengamos siempre la esperanza. San Juan Bautista dio testimonio de la verdad y reprobó la iniquidadd. Sin embargo, la iniquidad continúa hasta nuetros días. El Bautista fracasó perdiendo su santa cabeza, pero sigue siendo el Precursor de Cristo, modelo de monjes y cima de los profetas. Dios es el que concede la victoria aunque nuestros tormentos continúen; es él el que gana a los hombres, no a causa de nuestros esfurzos, sino  que por medio del Espíritu Santo pone en nosotros la semilla santa y vivificante que se ha de convertir en árbol que soportará a través de los siglos la tromba de agua del pecado y el cataclismo del mal.

Dios ha honrado al hombre con la vida monástica. Si deseamo hacer algo que sea verdaderamente nuestro debe ser alegrarnos por haber sido juzgados dignos de ser monjes y, por tanto, coherederos de los santos martires. No nos inquietemos por las cargas que se nos imponen, cualquiera que sean, porque Dios se cuida de todos nosotros y de aquellos que se nos han confiado. Más bien, confesemos que no somos nada ante Dios. Esto equivale al martirio de ser aplastados por las sandalias del amor de Dios, por la presión de la ascesisd e la vida monástica llena de las delicias de Cristo, e ser transformados en vino nuevo del que Dios se alegra y convertidos en trigo molido, alimento de una nueva vida. Amén.

P. Archimandrita Demetrio
02/02/2016
Clausura del Año de la Vida Consagrada

Homilía del P. Archimandrita Demetrio en el Seminario Conciliar de Madrid


Es normal que los cristianos, y sobre todo los pastores, nos preguntemos cómo hemos de anunciar el Evangelio en el mundo de hoy, y la primera pregunta que me hago es ¿cómo se comportó Cristo cuando se enfrentó a la realización de su misión divina? ¿Qué hizo antes de comenzar a predicar? Leemos en los Evangelios que después de ser bautizado Jesús se retiró al desierto. Y no fue la única vez: tras el martirio del Bautista, se retiró al desierto; después de predicar a una muchedumbre, se retiró al desierto; tras dirigirse a una multitud, cogió una barca y se retiró a la otra orilla.

Con estos breves ejemplos vemos que a fin de prepararse para un acontecimiento importante, Jesús se retiraba para orar. La conclusión parece obvia y muy simple, pero hemos de recordarla frente a las agitaciones que nos envuelven, al activismo que nos abstrae y, sobre todo, a la responsabilidad que nos incumbe. Hay que encontrar a Dios antes de hablar de Dios; hay que encontrar a Cristo antes de vivir con él. Para cada uno de nosostros esta preparación será diferente según se trabaje en el mundo, se esté casado, se tenga familia o siendo monje. Pero lo que está claro es que ninguno podemos prescindir de los momentos de intimidad; intimidad que podemos encontrar en el rincón de un jardin, en el anonimato del transporte público, en un fin de semana en la naturaleza o durante un retiro en un monasterio. Esos momentos nos pueden servir para beber el agua viva y encontrar lo necesario: el amor divino que nos salva.

Por otra parte, Cristo, por su encarnación, vivió en la civilización judía de su época; veamos, pues, como se comportó con la cultura de su entorno. El Señor se vestía como los demás, comía y bebía con ellos, respetaba las reglas religiosas interiorizándolas, iba a la sinagoga, intercambiaba opiniones con los doctoresde la Ley...etc. Esto significa que el Salvador recibió un tesoro cultural de sus antepasados, creció con él pero sin dejarse alienar. Y como toda cultura necesita transmisión, también él participó de ese movimianto, pero con discernimiento: no vino a abolir la Ley, sino a cumplirla; es decir, a desarrrollar y alentar lo que tenía de bueno y a dejar de lado todo lo inútil y caduco. Él había venido a anunciar la salvación del hombre por Dios, no la salvación del hombre por el hombre. Por eso se enfrentó al fundamentalismo de algunos fariseos (no todos los fariseos eran malvados).

¿Qué debemos hacer nosotros? Por supuesto seguir el ejemplo de Cristo: no tener miedo de nuestra cultura, de nuestra civilización, utilizando todo lo que han dejado nuestros predecesores pero sin esclavizarnos, con discernimiento y espíritu creativo. Para ello se necesita una verdadera conversión interior, pidiendo humildad, esperando comprender al otro y buscando la voluntad divina. Si los bienaventurados Apóstoles construyeron las bases sólidas de nuestra Iglesia es porque escuchando al Espíritu Santo y con fidelidad a Cristo supieron adaptarse a las necesidades y diversas culturas de aquellos que se encontraban y buscando soluciones para las diversas cuestiones que se proponían.

La palabra es convincente si es la verdadera expresión, honesta y sincera de una experiencia auténtica. No me refiero sólo a la expresión vocal. Yo cursé la educación superior en un colegio católico, en el colegio de una gran Orden religiosa, y todavía me acuerdo de uno de sus miembros, un hermano lego. Jamás habló conmigo, pero su mirada, su humildd, su rostro siempre alegre lo recuerdo hasta la fecha. Doy gracias a Dios por aquel hombre que, sin decir una palabra, me hizo comprender cómo se manifestaba una verdadera unión con Dios.

¿Qué quiere decir proclamar el Evanglio? Pues significa dar buenas noticias, es decir, anunciar que Dios nos ama sin condiciones y que nosotros somos testigos de ello. La Iglesia no es el Arca de los salvados, sino el heraldo de Reino, esto es, misionera, colaboradora en la obra de Dios, testigo de su promesa y servidora de su amor para el mundo. Pero ¿cómo hacerlo? Ya lo hemos dicho: ¡cómo lo hacía el mismo Jesús! Recordemos su encuentro con la Samaritana, a la que pidió de beber; con Zaqueo, al que le pidió que lo invitara a su casa; con la pecadora, a quien dejó lavarle los pies con sus lágrimas; con la adúltera, a la que salvó de un linchamiento. Y en todos los casos ¿dónde está su veredicto? ¿dónde su condena? ¿dónde su desprecio? ¿a quién de ellos declaró culpable? Estos ejemplos serían suficientes para enseñarnos qué conviene hacer o decir para anunciar el Evangelio al mundo de hoy. Si queremos podemos añadir la compasión de Jesús que sufre con los que sufren y llora con los que lloran. Y todavía más: el perdón a sus verdugos y la paciencia con sus discípulos. A imagen de nuestro Maestro hemos de hacer todo lo posible para no juzgar, para no condenar, para no despreciar. Aún más, para no infiltrar el sentimiento de culpabilidad en el corazón de quien espera nuestra misericordia. Rechacemos categóricamente toda actitud moralizante que solo provoca sentimientos de rechazo y que excluye toda tentativa de comprensión y de amor.

¿Qué hacer, pues, para ser veraderos testigos del Evangelio de Cristo? Ante todo ser humildes y no constituirnos en censores. Creo que los responsables pastorales: sacerdotes, monjes, obispos, laicos, monjas...etc, deberíamos tener encuentros periódicos para tratar las complejas situaciones del hombre de hoy. No para leer los cánones o las declaracioes "ex cathedra", sino para buscar una respuesta evangélica a los diferentes problemas que afectan a nuestros hermanos, para aprender a ser ni laxistas ni jueces que condenan, sino buscando cómo amar de verdad. Esta es la primera y principal ascesis del buen pastor.

Cristo no vino para los que se creen fuertes, sino para los que nos sentimos débiles. "El pobre grita y Dios escucha" dice el salmista. Hemos de tener fe en ese grito, sin olvidar que también se dirige a nosotros.

En su obra "La ofrenda litúrgica", un monje de la Iglesia de Oriente se dirige a los sacerdotes y hoy les hago llegar esta cita a los que se preparan para serlo en esta santa casa: "El sacerdote se debe, en primer lugar, a los que sufren. Si se pudiera resumir en una sola frase todo el mensaje que Cristo quiso dar a los hombres, podría ser la siguiente; "Venid a mí todos los que estáis fatigados y cargados que yo os aliviaré". Pues bien, de entre los que sufren están en primer lugar los pecadores. Su mal exige del sacerdote una humildad que no les condene a ellos, sino al pecado. El amor del sacerdote se ha de manifdestar en actos que, aunque en apariencia sean costosos o infructuosos, saquen al pecador de su pecado y con ayuda de la gracia lo lleven al gozo de Dios. Por que lo que caracteriza al Evangelio es la alegría y sin la proclamación de ese gozo el cristianismo es incomprensible. "Os traigo una grata noticia que será motivo de alagría para todos vosotros" Así comienza el Evangelio, y así  también termina: "Y habiéndolo adorado se volvieron a Jerusalén llenos de gozo".

La victoria ya está presente en lo más profundo de la Iglesia y reconocemos el poder del Evangelio en cada acto de justicia, en cada destello de belleza, en cada palabra de verdad que vencen al mal. Más allá de nuestras débiles fuerzas está a nuestro lado el Espíritu Santo que "viene en ayuda de nuestra debilidad" y que con su fuerza tansformará todo en aquello que el Evangelio llama Reino de Dios: perla, grano de mostaza, levadura, agua, fuego, pan, vida y cámara nupcial y mística. Amén.

P. Archimandrita Demetrio
21/01/2016
Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos


Fotografía: Seminario Conciliar de Madrid

sábado, 6 de febrero de 2016

Calendário de ofícios de fevereiro e março de 2016 na nossa Paróquia do Estoril

Nuevo lugar de culto para nuestra Parroquia de Córdoba (Andalucía)


Gracias a nuestros hermanos en Cristo de la Iglesia Católica, y especialmente al Padre Manuel de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Córdoba, nuestra comunidad Ortodoxa, que lleva el nombre de San Osio de Córdoba, ahora dispone de un lugar de culto propio y permanente.

A partir del sábado 13 de febrero celebraremos nuestros oficios en la Parroquia de la Inmaculada Concepción (c/ San Diego de Alcalá, zona Ciudad Jardín), entrando por la cancela negra que está a la izquierda de la entrada principal, subiendo la escalera y a la izquierda.

¡Gloria a Dios por todo!


Fuente: Elena Dolgova

Proyecto de colaboración entre nuestra Metrópolis y AGAPE


El jueves 4 de febrero Su Eminencia Rvdma., nuestro Metropolita Policarpo de España y Portugal, se encontró en su...
Posted by Sacra Metrópolis de España y Portugal - Patriarcado Ecuménico on Sábado, 6 de febrero de 2016

jueves, 4 de febrero de 2016

O Patriarca Ecuménico Bartolomeu apóia indicação do Nobel da Paz aos moradores e voluntários das ilhas do Mar Egeu


O Patriarca Ecumênico Bartolomeu I expressou seu apoio à petição que solicita a atribuição do Prêmio Nobel da Paz aos heróis das ilhas do mar Egeu que prestaram ajuda e cuidados aos refugiados. Esta petição uniu os deputados dos partidos gregos Syriza, Nova Democracia, Partido do Povo, Socialistas e Verdes, Liberais e do Partido de Esquerda.

Eminentes membros do corpo docente das universidades de Oxford, Princeton, Harvard, Cornell e Copenhagen "estão trabalhando na redação de um memorando em favor da atribuição do prêmio ao povo destas ilhas", de acordo com o jornal britânico The Guardian. Até agora, mais de 395.000 assinaturas foram coletadas.

O site Romfea.gr indica um link que que dá acesso à petição possibilitando que você também junte sua assinatura.



martes, 2 de febrero de 2016

Visita pastoral de S.E. Policarpo a Lisboa (Portugal)


Entre los días 23 y 25 de enero, Su Eminencia Reverendísima, nuestro Metropolita Policarpo de España y Portugal, realizó...
Posted by Sacra Metrópolis de España y Portugal - Patriarcado Ecuménico on Martes, 2 de febrero de 2016

lunes, 1 de febrero de 2016

Oficios para el mes de febrero de 2016 en la Catedral de Madrid


LUNES 01/02
Vísperas por la Fiesta de la Presentación …………….. 19.00

MARTES 02/02
LA PRESENTACIÓN DE NUESTRO SEÑOR
Liturgia ………………….……………………………. 10.15

SÁBADO 06/02
Vísperas del Domingo ………………………………… 18.30

DOMINGO 07/02
XVI DE MATEO; S. Partenio obispo, taumaturgo
Maitines ………...……………………………………. 09.30
Liturgia …...….………………………………………. 10.45

MIÉRCOLES 10/02
S. CARALAMBO HIERO-MÁRTIR, TAUMATURGO
Liturgia …….………………………………………… 10.15

SÁBADO 13/02
Vísperas del Domingo ……....………..………...….…. 18.30

DOMINGO 14/02
XVII DE MATEO; PRESENTACIÓN DEL SEÑOR (viejo cal.)
Maitines ….................................................................... 09.30
Liturgia .……..….…….……….................................... 10.45

MIÉRCOLES 17/02
S. TEODORO EL RECLUTA, GRAN MÁRT.
Liturgia ………...…………………………………….. 10.15

VIERNES 19/02
Sacramento del Óleo Santo ………………………… 19.00

SÁBADO 20/02
Vísperas del Domingo …….….…...………………….. 18.30

DOMINGO 21/02
DOM. DEL PUBLICANO y FARISEO (Inicio del Triodio)
Maitines …….....…………………………………….. 09.30
Liturgia ………...……...………………….…………. 10.45

MARTES 23/02
S. POLICARPO OBISPO (Onomástica del Metropolita)
Liturgia ……………………………………………… 10.15

SÁBADO 27/02
Vísperas del Domingo ...............….………………….. 18.30

DOMINGO 28/02
DOM. DEL HIJO PRÓDOGO; S. Basilio Confesor
Maitines ……......…………...…………………….….. 09.30
Liturgia …...........….…………………………….…… 10.45

LITURGIA EN UCRANIANO CADA DOMINGO A LAS 13.00’ HORAS