miércoles, 1 de septiembre de 2021

Mensaje de Su Toda Santidad el Patriarca Ecuménico Bartolomé para la fiesta de la Indicción 2021


† B A R T O L O M É

Por la Misericordia de Dios Arzobispo de Constantinopla-Nueva Roma

y Patriarca Ecuménico

Al pléroma de la Iglesia

Gracia, Paz y Misericordia del Hacedor de toda la Creación

Nuestro Señor, Dios y Salvador Jesucristo


Estimados hermanos y queridos hijos en el Señor:


La fiesta de la Indicción, el solemne día de oración por el medio ambiente, encuentra una vez más a la humanidad enfrentándose a duras condiciones climatológicas debido al creciente cambio climático, con inundaciones devastadoras e incendios por todo el planeta, así como la pandemia del Coronavirus y sus consecuencias socioeconómicas.


El hecho de que las medidas restrictivas en el transporte y las limitaciones impuestas a la producción industrial hayan resultado en la reducción de contaminantes y emisiones ha dado una lección adicional y muy valiosa acerca de la interconexión mundial y la interdependencia de todas las dimensiones de la existencia. También ha quedado demostrado de nuevo que las iniciativas ecológicas del Patriarcado Ecuménico, que son una extensión de la teología y la tradición litúrgica de la Iglesia, se corresponden con los hallazgos científicos y con las recomendaciones de los expertos, que llaman a una movilización en varios frentes para proteger la integridad del medio ambiente.


Así pues, rezamos por la progresiva superación de las consecuencias de esta crisis sanitaria y por la iluminación desde lo Alto a los gobiernos de todo el mundo, de modo que no vuelvan al “economicismo”, a los principios de organización de la vida económica, de la producción y el consumo basados en una explotación masiva de los recursos naturales; dichos principios, en efecto, fueron los dominantes antes de la pandemia. Además, nuestro deseo genuino es que cese la propagación de opiniones pseudocientíficas sobre los supuestos peligros de las vacunas contra la Covid-19, la difamación dirigida contra los especialistas del campo médico y la degradación sin base alguna de la gravedad de la enfermedad. Desgraciadamente, parecidas opiniones se propagan también acerca de la veracidad del cambio climático, de sus causas y de sus desastrosos efectos. La realidad es totalmente distinta y debe ser atajada con responsabilidad, colaboración, acciones conjuntas y una visión común.


La inactividad es inconcebible cuando se es plenamente consciente de los grandes desafíos compartidos a los que se enfrenta la humanidad. La indiferencia hacia nuestros hermanos sufrientes y hacia la destrucción de la Creación, que es “muy buena”, es una ofensa contra Dios y una violación de Sus mandamientos. Allí donde hay respeto hacia la Creación y un amor tangible hacia el hombre, el “amado de Dios”, Este está presente.


Tras el Santo y Gran Concilio (Creta, 2016), el Patriarcado Ecuménico, según su espíritu y decisiones, nombró una comisión oficial compuesta por teólogos para la redacción de un documento sobre las consecuencias sociales de nuestra fe y sobre la misión y testimonio de la Iglesia Ortodoxa en el mundo contemporáneo. Dicho texto, cuya publicación fue aprobada por el Santo y Sagrado Sínodo y que lleva por título “For the Life of the World: Toward a Social Ethos of the Orthodox Church”, afirma lo siguiente: “La Iglesia anima a los fieles a que se muestren agradecidos y acepten los descubrimientos de la ciencia, incluso los que podrían obligarles a revisar su comprensión de la historia y el marco de la realidad cósmica. El deseo de conocimiento científico surge de la misma fuente que el anhelo de la fe de penetrar cada vez más profundamente en el misterio de Dios (§ 71).


La Santa y Gran Iglesia de Cristo subraya fuertemente la indivisibilidad entre la protección del medio ambiente y el cuidado filantrópico del prójimo. Tanto una actitud ecológica como el reconocimiento de la sacralidad de la vida humana son una “liturgia tras la Liturgia”, dimensiones vitales de la actualización eucarística de la Iglesia. La vida de la Iglesia es un respeto manifiesto de la Creación, así como el lugar y el modo de experimentar la cultura del personalismo y de la solidaridad.


Honorabilísimos hermanos y queridos hijos:


En este difícil período es un deber pastoral esencial de la Iglesia llevar a cabo iniciativas para la contención de la pandemia. Y también es un mandato ético tajante apoyar el acceso universal a la inmunización contra el coronavirus, sobre todo en las naciones más pobres, de acuerdo con las palabras de nuestro Señor: “Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis” (Mt 25,40). Deberíamos amarnos unos a otros “como Cristo nos ha amado” (Ef 5,2) y mostrarnos como “sacerdotes” de la Creación, salvaguardándola y cultivándola con cuidado y cariño y ofreciendo en acción de gracias este preciosísimo don de la Gracia de Dios al Creador de todo.


Para concluir, os deseamos a todos desde lo más profundo de nuestro corazón un nuevo año eclesiástico bendecido, fructífero y lleno de salud por las intercesiones de la Theotokos Pammakaristos, la gracia y la misericordia de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, a quien sean la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. ¡Amén!


1 de septiembre de 2021


†Bartolomé de Constantinopla

Ferviente intercesor ante Dios por todos